jueves, 20 de diciembre de 2012

La gran noche

Tanto hablar del fin del mundo ha hecho que pase desapercibido un hecho que se repite cada año: El Solsticio de Invierno.

El 21 de diciembre es el día en el que el sol se oculta antes, la noche cae antes y reina de manera casi absoluta, dejando su velo de misterio.

Hay quienes vemos en la noche algo mágico, misterioso. Mientras la Tierra duerme, grandes cosas ocurren de noche: El amor encuentra en el tálamo su razón de ser, la conspiración y lo oculto, nacimiento y también muerte. El espíritu creador se intensifica,  las leyendas cobran vida y el ser humano sueña.

Esta "gran noche" que viviremos mañana significa también renacer, transformarse, cambiar... Surgir del manto negro que mañana cubrirá la tierra antes que ningún otro día. Un renacer, un cambio tan necesario hoy día que los mayas no estaban equivocados: Debemos soñar, cambiar, transformarnos, renacer.

Jean Philippe Rameau (1683-1764), uno de los "grandes" de la música francesa (y de la historia de la música en mayúsculas) bien sabía del aura de encanto y fascinación que la noche proporciona al ser humano.

Y así lo plasmó en un fragmento de su ópera  Hippolyte et Ariciede 1733. Ahí encontramos lo que podríamos considerar como el verdadero "Himno a la noche", un canto a todo lo que ella representa y que quiero compartir con vosotros, como preparación para el Solsticio de mañana.

Dice su letra ¿Existe una belleza tan bella como el sueño?

Disfrutad de la noche y soñad. 


Oh noche! Ven a traer a la Tierra
el tranquilo encanto de tu misterio. 
La sombra que te acompaña es tan suave! 
Tan dulce es el concierto de tus voces cantando a la esperanza. 
Tan grande es tu poder que lo transforma todo en un sueño feliz. 

Oh noche! Ven a traer a la Tierra 
el tranquilo encanto de tu misterio. 
La sombra que te acompaña es tan suave! 
¿Existe una belleza tan bella como el sueño? 
¿Existe una verdad más dulce que la esperanza?

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